Tacna,
14 de enero de 2002
10.00.-
Es irónico han pasado tres horas desde que escribí y son apenas las
diez de la mañana. Fue un duro golpe el cambio de hora. Incluso lo
encontré sin sentido. Pasamos por la frontera y todo cambio. Era pasado
el mediodía y de pronto recién era media mañana. El ambiente peruano
se sintió en Chile. EL terminal de taxis que nos lleva al otro lado de
la frontera se quedó en el pasado, especialmente en la inversión en
automóviles. Eran esos cadillacs grandes, pesados y antiguos. Todos
petroleros, pero igual creo que gastan como un litro por kilómetro
recorrido. De seguro que todos esos vehículos no pasarían la revisión
técnica en Santiago. La basura de algunos es el medio de sustento para
otros.
Nos
sentamos atrás, acalorados y temerosos de lo que nos pasara. Llevaba mi
mochila aferrada a mi pecho y ajustada en tres extremos para evitar
cualquier hurto. Eso sí, mi escuálido sistema de seguridad se iba a
las pailas si el supuesto ladrón usaba un cortaplumas.
El
complejo fronterizo de Chacalluta es fiel reflejo de Chile. Nuevo,
amplio, moderno y cómodo, pero que su construcción no soportó el
terremoto que ocurrió hace seis meses. Aún se notan unas paredes
demasiados agrietadas. Creo que así es el desarrollo de Chile. La
frontera apenas es percibida por dos cosas. La imagen de una virgen
divide ambos territorios, el pavimento cambia un poco y existe un pequeño
levantamiento que, supongo, indica el cambio de jurisdicción. La línea
segmentada que en Chile es blanca, en el lado peruano es amarilla. Al
llegar a la control del otro se nota que estamos en otro país. Calculo
que retrocedimos quince años a pesar que Chacalluta se agrietó entero
después del terremoto.
Un
guardia se acercó y me preguntó que llevaba en mi mochila. Le dije que
cosas. La revisó y me dejó pasara hacia el cabina donde debí mostrar
el pasaporte. Luego de mi cuenta que fui el único al que revisaron su
mochila. Ahora creo comprender porqué. Al bajar lo primero que hice fue
abrirla para sacar el pasaporte. Eso llamó la atención. El guardia
creyó que llevaba algún tipo de arma, una bomba y algo así. Eso lo
deduje ahora. Frente al hotel hay un banco que esta siendo custodiado
por un policía con chaleco antibala y un arma que evidentemente a la
mano. Creo que el riesgo de robo es mas alto que en Chile. Media hora
después. Llegó un camión blindado se bajaron dos de él. Uno de ellos
llevaba una ametralladora. El otro guardia cargaba la bolsa con el
dinero y una pistola en la mano. El policía también sacó su arma con
el dedo al gatillo. La gente que pasó por el lugar no se inmutó. Yo
quedé un poco angustiado. Mucha demostración de violencia.
Pero
no me quejo del hotel. Por diez mil pesos tenemos dos habitaciones
ubicadas por un baño, televisión por cable. Amplio espacio. Grandes
ventanales y vista hacia la plaza de Tacna. Muy bien atendido. El centro
se ve bien bonito ni parecido a lo que me contaron.
21.30.-
Siempre he escuchado a los chilenos que visitan Tacna por tres
motivos principalmente, someterse a un tratamiento odontológico,
comprar lentes y adquirir mercaderías a precios más baratos debido al
cambio de moneda y los beneficios de la zona franca.
Algunos
se atreven a decir que Tacna es una ciudad para vacaciones. He estado acá
por casi doce horas y pienso que ya lo he visto todo. La primera
caminata fue en dirección hacia la catedral de Tacna. Me llamó la
atención las pinturas y los detalles de los retablos. Se nota que
existe una herencia cultural y artística que prevalece luego de 500 años.
De regreso al hotel caminé por la plaza de Tacna. A pesar que la ciudad
está ubicada en medio del desierto, estos jardines están muy bien
cuidados, especialmente los arreglos de flores y plantas ubicadas en
varios jardines. Sin embargo lo que llama la atención es un gran
monumento que posee dos estaturas. Una de ellas representa la figura del
capitán Miguel Grau, uno de los oficiales que participaron en la Guerra
del Pacífico, quien hundió a la corbeta Esmeralda y que luego fue
muerto en el Combate de Punta Angamos. La estatua de Grau resalta por el exagerado volumen de su
pecho, igual si fuese un pato dibujado por un niño.
Hay
otras antecedentes que pude corroborar personalmente. Frente a la plaza
se encuentra la municipalidad de Tacna. Es un edificio antiguo
construido con grandes piedras extraídas de una cantera cercana. El
edificio en sí es una obra arquitectónica, que tristemente la recordaré
por el fuerte olor a orina que sentí cuando pasé frente a su fachada.
También
está el olor a axila sin lavar. En varias ocasiones pasé muy
cerca de personas que evidentemente no utilizaban antitranspirante. Su
olor les precedía por varios metros. Algo parecido era lo que sentí en
varias ocasiones cuando ingresé a los taxis.
Un
taxi desde el terminal de buses hacia el centro cuesta dos soles. Es
importante entregar el dinero justo porque es muy común que no den
vuelto o digan que el preció es superior a los dos soles. Un
concepto que debo adquirir es el regateo. Todos los precios están
inflados. En todas las ferias hay que pedir rebaja. Hay que demostrar
que el turista lleva bastante tiempo en el país y que ha aprendido el
verdadero costo de los bienes y servicios. Si no nosotros no demostramos
esa seguridad es muy posible que los comerciantes cobren demás.
Reconozco
que el cambio de moneda me favorece de la misma manera los
norteamericanos y europeos. Pero eso
no implica que debamos pagar más por un servicio que cuesta menos.
Parte
de estos conceptos los tuve que aplicar en un barrio en que abundan las
ferias. Un taxista nos trajo al lugar. Nos dio el nombre, pero ahora no
lo recuerdo. Eso sí, la mayoría de los productos son de procedencia
asiática.
Aquí
es posible de encontrar una amplia gama de productos. Yo vine porque
necesito una casaca impermeable. En Cusco y Arequipa la temporada de
lluvias comienza en diciembre y finaliza aproximadamente en Abril.
Febrero es el mes en donde cae más agua. Me costó encontrar lo que
quería. Incluso una señora casi me convence de llevarme una casaca que
era de mujer. De esta experiencia pude sacar la siguiente conclusión: Hay
que demostrar no mucho entusiasmo y pasearse por el lugar varias veces
con la intención que la vendedora intente nuevamente atraernos con un
mejor precio. Nunca pasar un billete que supere los 20 soles de
denominación. Es posible que tengan cambio o que duden de su
autenticidad. Es común la falsificación de billetes en Perú.
Luego
de mi comprar amarré muy firme mi bolsa y regresé al hotel. Dejé las
cosas y salí nuevamente para comprar agua mineral y galletas. Mañana
saldré muy temprano en bus hacia Arequipa.
Durante
el día utilicé varios consejos:
-
Es
tentador ver los bajos precios que tienen algunas líneas de buses.
Sin embargo lo barato puede que resulte muy doloroso. La calidad de
los buses y el servicio a bordo puede variar mucho. Es por eso que
la recomendación que puede hacer es utilizar solamente Flores y
Hermanos. Es la flota más grande y tiene un servicio “dorado” o
“imperial” que cuesta 25 soles. Las máquinas son buenas y la
gente que lo utiliza es de un mejor nivel socioeconómico.
-
Si
eres chileno y entraste por Tacna, el único lugar que conviene
cambiar pesos por soles es el mismo terminal de taxis. Las señoras
que están en unos pequeños escritorios están autorizados por el
gobierno. Todos los billetes que entregan son de buena precedencia.
Pero lo más importante es que el cambio es mejor en Tacna. En
cualquier otra ciudad del Perú recibirás menos soles por cada peso
chileno.
-
Usa
un banano o un porta documentos oculto bajo la ropa para guardar el
pasaporte y el dinero. Nunca guardes todo el dinero en un solo
bolsillo, no lo dejes en el hotel y solo debes sacar lo justo para
pagar. Cuenta la plata que utilizarás antes de salir del hotel.
El
bus parte a las 8 de la mañana. La señorita dijo que el viaje durará
poco más de cuatro horas hacia Arequipa. Es de noche la actividad se
traslada a las salas de juegos que abundan por Tacna. La señora que es
recepcionista del hotel indica que los principales vicios de los
peruanos son las apuestas, las tragamonedas y embriagarse. Todo eso
ocurre durante el fin de semana.
Hay
otro punto que olvidaba. En la tarde de hoy intenté caminar hacia otras
calles que no sea la principal, San Martín. Caminé un par de cuadras y
el ambiente cambio totalmente. El tránsito era caótico, las combis
abundaban y los malos edificios y gente de mal aspecto me intimidaron.
Regresé de inmediato a la calle principal. Tuve medio. Además ando
caminando con miedo. Creo que iban a asaltarme. |