Arica,
14 de enero de 2002
9.00.- Estoy completamente tenso. Falta poco para que dejemos
esta miserable habitación cara y tomemos un taxi hacia el terminal
que nos llevará a Tacna. La puerta sur del Perú y cuna de las
historias que alimentan mi imaginación. Todas las personas que han
ido a esa ciudad me contaron que tuviese cuidado especialmente con mi
dinero y pertenencias. No llevo cosas de oro ni tampoco ropa muy
llamativa y cara. A decir verdad llevo una tenida buena en caso que
tengamos un carrete en las alocadas noches del Cuzco. Nada más.
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